| Universo - La Vida de una Estrella Si 
          observamos la Vía Láctea una noche cerrada, veremos  unas bandas 
          oscuras que no son sino inmensas nubes de gas y polvo, sólo perceptibles 
          cuando interceptan la luz procedente de estrellas más lejanas. Dispersas 
          por la galaxia, estas formaciones gigantes son la materia prima de otras 
          nuevas estrellas.
 NIDOS DE ESTRELLAS Mirando con unos prismáticos la espada de Orión, su estrella central 
          aparecerá borrosa. Con un telescopio, veremos una masa de gas resplandeciente 
          iluminada por un grupo de estrellas azules, restos de una serie nacida 
          del gas que impregna el cielo en Orión. Puede que su origen esté en 
          una estrella de una generación anterior que explotó, como una supernova, 
          hace millones de años. Podemos deducir que nuestro Sol, como otras estrellas, 
          nació de una asociación similar de nubes y estrellas que, durante miles 
          de millones de años, se han ido dispersando por el espacio.
 ALPHA CENTAURITras su nacimiento, las estrellas pasan 
          gran parte de su vida como enanas de secuencia principal. Por ejemplo,
           de las tres que integran el cercano sistema de Alpha Centauri, la
          más 
          brillante es casi como el Sol, y puede pasar una adolescencia de mil
          millones de años en la secuencia principal, haciéndose, a medida
            que consume el hidrógeno de su núcleo, cada vez más cálida y radianteSu compañera naranja, mas fría cubrirá la misma etapa durante casi
          dos  mil millones de años, mientras que la enana roja Próxima
          Centauri puede alcanzar los seis mil millones de años.
 LA VIDA DEL SOLLa explosión de una supernova cercana 
          provocó, posiblemente, una nube de gas que, al caer, formó el Sol y
           los planetas. Tras permanecer largo tiempo en la secuencia principal,
          
          el Sol pasará por una fose de gigante roja, antes de expulsar sus capas
           exteriores y acabar sus días como una débil enana blanca dentro de
           5 mil millones de años. LA ULTIMA FASE EN LA VIDA DE UNA ESTRELLA¿Qué ocurre cuando a una estrella de secuencia 
          principal como el Sol le queda poco hidrógeno para fundirlo en helio? 
          Cuando la situación del combustible es crítica, la estrella aviva su 
          resplandor, se torna grande y roja, y empieza a transformar el helio 
          en carbón; pasa de ser una enana de secuencia principal a una gigante 
          roja. Capella, la estrella con más brillo del "Cochero", tiene 
          dos componentes con una masa triple que la del Sol, que están convirtiéndose 
          en gigantes rojas. Otros casos los tenemos en Arcturus, del "Boyero", 
          y Aldebaran, de "Tauro", que ya han alcanzado la madurez como 
          gigantes rojas. SUPERNOVA 1987A  El 
          24 de febrero de 1987, Ian Shelton, un astrónomo canadiense, empezó 
          a buscar estrellas novas y variables desde el telescopio de la Universidad 
          de Toronto, en Las Campanas (Chile). Su objetivo primordial eran las 
          dos galaxias más cercanas a la Vía Láctea, las Nubes de Magallanes (Grande 
          y Pequeña) Cuando tan sólo llevaba dos días desarrollando su programa, 
          vislumbró otra estrella cerca de la nebulosa Tarántula, en la Gran Nube 
          de Magallanes. Por su intenso brillo le pareció una supernova (la explosión 
          de una estrella agonizante), pero, como la última fue avistada en 1604, 
          SheIton apenas podía salir de su asombro. Durante los meses siguientes, 
          los astrónomos observaron cómo la Supernova 1987A se volvía más deslumbrante, 
          hasta que se tornó tan luminosa como todas las estrellas de la Gran 
          Nube de Magallanes juntas. 
  Para 
          llegar a explotar como una supernova, una estrella debe tener como mínimo, 
          desde su origen, unas diez veces la masa del Sol. Primero evoluciona 
          hacia una supergigante roja, produciendo en su horno nuclear elementos 
          tan pesados como el hierro, al tiempo que se desprende de parte de su 
          dilatada envoltura. A menos que pierda gran parte de su masa, llega 
          un momento en que es incapaz de resistir la incesante fuerza de la gravedad 
          y, en una fracción de segundo, el núcleo de la estrella colapsa y sus 
          capas externas son expulsadas. El manto de material que configura su 
          volumen choca con el medio interestelar circundante y produce un resto 
          de supernova. La nebulosa del cangrejo (M1), en la constelación de Tauro, es el resto
           de una potente explosión que se observó el año 1054.
 ESTRELLAS DE NEUTRONES - PULSAR Tras una explosión, todo lo que queda es el núcleo abatido, conocido 
          como estrella de neutrones, con una densidad mayor, incluso, que la 
          de una enana blanca. Las estrellas de neutrones giran vertiginosamente, 
          emitiendo rayos de luz y ondas de radio que, cuando pasan por delante 
          de la Tierra, simulan la proyección de los destellos de un faro cósmico. 
          Los astrónomos las denominan pulsares, 
          y llegan casi a girar, los más rápidos cien veces por segundo. Mediante 
          rayos X se puede observar el núcleo de la nebulosa M1, la estrella de 
          neutrones en su centro que gira velozmente (30 veces por segundo) emitiendo 
          particulas altamente cargadas de energía.
 AGUJEROS NEGROS Sin
           embargo, algunas de esas estrellas de masa tan grande pueden terminar
          
          sus días de manera menos espectacular, en forma de  
          agujero negro. La supergigante azul HDE 226868, en la constelación
           del Cisne, llamó la atención de los astrónomos cuando asociaron su
           situación 
          a una potente fuente de rayos X, Cygnus-1, que parpadeaba con una frecuencia
            de milésimas de segundo. También parecía girar, cada 5 o 6 días,
            alrededor  de una compañera invisible, cuya masa era entre ocho y
            dieciséis veces 
          la del Sol; demasiado masiva para ser tan estable como una estrella
             de neutrones. Por el contrario acabó colapsándose por tiempo indefinido
              hasta desaparecer por completo, y dejó como única herencia una
              fuente  de gravedad tan intensa que ni la luz podía escapar a su
              atracción La 
          mayoría de los astrónomos llegan a la conclusión de que esto es lo
          que  le sucedió al objeto situado junto al HDE 226868: se había colapsado
           y había formado un agujero negro; mientras, el gas de su campañera,
            la supergigante azul, llueve sobre él y produce la emisión de rayos
             X.
  Animación 
          de un Agujero Negro (3 mb)
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